E4. ¿Puede el arte cambiar el mundo?
¿Puede el arte cambiar el mundo? No es pregunta sencilla, sería triste si nos conformáramos con una simple respuesta, una sencilla afirmación. El arte requiere de reflexión, de pensamiento constante y continuo, el arte va de cuestionarse a uno mismo, de hacerse preguntas y no acomodarnos plácidamente con la primera respuesta que encontramos o que nos dan. Sino todo lo contrario, la cosa va de exprimir, de sacar el máximos jugo a cada pregunta e inquietud que surge. Deberíamos ser conscientes de que tenemos la herramienta clave para poder expresarnos, aprender y poder aportar nuestra visión al mundo. El arte es siempre la respuesta, aunque también puede ser la pregunta, puede serlo todo. Y aquellos seres capaces de cambiar la visión o el pensamiento de la sociedad, a través de su trabajo creativo y experiencia, dejan su huella en el tiempo para las generaciones presentes y futuras.
El arte debe ser como encontrarte con un fino hilo del que conforme te dispones a estirar empiezas a preguntarte: qué hace aquí, por qué, quién lo ha dejado, para qué… Y más, empiezas poco a poco a sacar más hilo, y puede que en algún momento este sea más grande, puede que se enrede, se complique, y que de repente vuelva a estar libre. Será nuestra la posibilidad de poder entender y dar a conocer al mundo aquello que descubrimos, para aprender en sociedad, para crecer, cultivando la mente de cada uno y del mismo modo, la de todos.
Aprender es arte, disfrutar es arte, vivir es arte, crear, expresarse, compartir, debatir, reflexionar, equivocarse… Es arte. Por eso puedo decir que sí, el arte es una dosis potente de algo que te mueve por dentro, un cosquilleo que te hace querer más y más, que te vuelca, y te provoca un nudo en el estómago, como si una necesidad de querer aportar algo al mundo brotara dentro de ti. Esa aportación, ese granito de arena es el que hace un mundo mejor, es el que promueve el cambio de las mentes pensantes e inquietas.
Por eso yo digo Sí, el trabajo de todos los artistas es imprescindible en la sociedad. Su arte, nuestro arte, es necesario porque no solo puede cambiar la vida de los demás, también sirve como una sanación mental propia. Podemos servirnos de él para la finalidad que queramos, puede ser una vía de escape de todo aquello que nos rodea, o, por lo contrario, podemos denunciar y expresar nuestros sentimientos y creencias a los demás, acercarnos a la realidad de una manera diferente. El arte es tan versátil y puede llegar a tantos sitios sin límites, que me parece que deberíamos cambiar la mirada y empezar a ser más conscientes del enorme poder transformador que tenemos entre nuestras manos.
Paula Arnandis Carrasco